LAS REDES SOCIALES

Me dirijo a los niños, a los jóvenes y a las familias:

Las redes sociales como herramienta de la tecnología actual, ha revolucionado las comunicaciones sin importar las distancias, pues facilita las relaciones personales y entre comunidades, oportunidad con la que se intercambian opiniones, acontecimientos e incluso movilizaciones con incidencia e impacto colectivo. Desde el punto de vista de la comunicación y el acercamiento dentro de la convivencia social en el plano personal, político, cultural, educativo, económico, sin duda, las redes sociales constituyen un aporte en la constante evolución humana, a través de este medio de trabajo, de diversión, de conocimiento.

Sin embargo, el otro lado de la medalla ofrece graves riesgos en su uso y abuso, dentro de lo cual ha vulnerado la libertad, la intimidad e incluso el respeto a las personas, cuando los jóvenes sobre todo suben a las redes sociales sus comentarios, opiniones, informaciones, que deben ser manejadas exclusivamente en su ámbito personal y familiar, lo que distorsiona y pone en riesgo para que la información sea mal utilizada por espectadores, manipuladores y oportunistas, que encuentran en las redes sociales la oportunidad para delinquir, armar robos, violaciones, engaños con los que crean zozobra y frustración en gente crédula que ignoraron las extrañas estrategias de los delincuentes.

También en penoso y vergonzoso leer en las redes opiniones, criterios de bajo nivel, llegando al ridículo del insulto y la mofa, nada más irresponsable que estas actitudes.

No es el deseo de satanizar a esta herramienta informática, pero  hay que abordar su análisis con responsabilidad y realidad, dentro de lo cual tanto la redes sociales, la internet y los celulares, virtualmente han esclavizado a buena parte de la sociedad, en la que los jóvenes y niños se dedican a tiempo completo, manteniéndose continuamente pendientes de los mensajes, llamadas y otros usos, sin que quede tiempo para dedicarse al estudio, a la investigación, a la labor del hogar, al deporte, a la lectura, hábitos que han sido sustituidos por estos medios tecnológicos, que ha llegado al trastornar las mentes, a tal punto que en países desarrollados se abren clínicas psiquiátricas y psicológicas para tratar estos males.

Está por tanto en la mesa de discusión este importante tema, que invita a establecer reglas bien definidas para la buena administración y gestión de las redes sociales. El Estado y la familia no pueden posponer su análisis, antes que continúe yéndose de las manos, en detrimento de la calidad de vida de los niños y jóvenes, responsables de su propio presente y futuro.

8 de abril de 2014

EDITORIAL

 FERNANDA GONZALEZ GONZALEZ

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